¿Por qué son tan importantes los Cursos Especiales en la estructura de las Escuelas Primarias para Adultos?

Los Cursos Especiales son parte de las Escuelas Primarias para Jóvenes y Adultos desde hace décadas. Su presencia contempla el Derecho a la Educación Permanente del que gozan las personas mayores de edad, e incluyen formación doméstica y básica de oficios, arte y comunicación.
Los Cursos, han servido siempre como puente para aquellos que no tienen su escolaridad primaria concluida, pero además, constituyen un andamiaje para que las escuelas del nivel primario de la modalidad, no sean ghetos de aquellos cuyas historias de vida están signadas por la postergación. La heterogeneidad social que la presencia de los cursos garantiza, permite que quienes cursan la primaria, puedan interactuar con personas con múltiples formaciones y trayectorias educativas, enriqueciendo la propuesta y entablando puentes para construir el lazo social.

Actualmente, en el marco de las transformaciones derivadas de la adecuación jurisdiccional a la Ley 26206, los Cursos Especiales asumen un nuevo desafío: articular pedagógicamente con los ciclos primaria, de manera sostenida y regular, propiciando que esa interacción sea más sólida y persistente. Esta nueva forma de integración institucional entre cursos y ciclos, requiere que la apertura a la comunidad siga vigente, precisamente porque tal apertura enriquece no sólo al que cursa su terminalidad, sino al ciudadano que se acerca a la escuela en busca de una formación específica, y conoce otras realidades a partir de las cuales se nutre. La construcción ciudadana es clave como propósito en esta integración y articulación.
Actualmente más de 15.000 estudiantes junto con 750 maestros transitan las aulas de nuestras escuelas primarias para adultos concurriendo a los cursos especiales. En este año 2018 hemos observado un importante crecimiento de interesados en este espacio educativo.
En síntesis, la presencia de los Cursos Especiales, es un atributo fundamental para jerarquizar la modalidad, no sólo porque los docentes gozan de la solidez laboral que otorga su encuadre estatutario, sino porque vinculan realidades diversas, y ofrecen posibilidades concretas de mejorar la calidad cívica de los alumnos y alumnas, a partir del intercambio y la construcción colectiva en la diversidad.

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