En defensa de nuestros derechos

En los últimos días han tenido lugar una serie de sucesos que ponen en duda la tarea docente en Argentina focalizados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a partir de denuncias de abusos sexuales a los que fueron supuestamente sometidxs niñxs del nivel inicial. Una vez más se acusa a varones del área curricular y a las maestras y directivos, en este caso del Distrito Escolar N° 18. Como hemos expresado días atrás la UTE/CTERA venimos acompañando a los equipos docentes desde el día 20 de setiembre con asesoramiento, acciones legales y presencia. Sin embargo, nada parece ser suficiente para reponer tantas horas de angustia y dolor ante una situación que en nombre del interés superior del niño reproduce arbitrariedades y deja aún más expuestos a los más chicos a sus abusadores mientras ejecuta el deseo de «muerte social» de los docentes en cuestión. Cabe aclarar que lxs maestrxs de los jardines de infantes involucrados cuentan con el apoyo de toda la comunidad de la educación Inicial y Primaria y que muchas familias han expresado su apoyo al trabajo responsable que allí se realiza a diario con los niños. Así mismo, se respalda el trabajo del profesor de educación física involucrado. Es por ello que desde la UTE seguimos presentes al lado de nuestros compañeros en defensa de las infancias atentos de no caer en mezquindades oportunistas y sectarias. Lxs maestrxs de la educación inicial porteña nos asumimos docentes y trabajadorxs de la educación y junto a la docencia nacional expresamos nuestros reclamos en defensa de nuestros derechos laborales junto a los de los de las chicas y chicos de nuestras salas. Por eso, denunciamos el mal desempeño de la SOJAD, su responsable y la asesoría letrada que recibieron por parte del Gobierno las maestras involucradas. Una vez más nos preocupan las niñas y niños que ante el desamparo adulto siguen conviviendo con sus abusadores. Nos preocupan nuestrxs niñxs que se preguntan qué pasa con «mi seño». Nos preocupan los pibes de toda la escuela que ven llegar a su escuela a las fuerzas de seguridad para defenderlos de quiénes les enseñan cada día. Nos alerta el futuro de una sociedad que busca ampararse en los medios de comunicación y en el escándalo público para desprestigiar el trabajo de enseñar que se desarrolla en las aulas siendo funcional a las lógicas privatistas. Por todo esto, no vamos a bajar los brazos y vamos a seguir junto a nuestros compañeros y compañeras en un acto de amor a nuestros pibes que son nuestra esperanza.
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